miércoles, 5 de junio de 2013

Economía política y reforma en la España del siglo XVIII

Cuatro rasgos generales del pensamiento económico español del siglo XVIII podemos
establecer como primera aproximación y marco de análisis:

1-El primer elemento a constatar es que los economistas españoles del siglo XVIII no
fueron ni pretendieron ser unos economistas teóricos que realizaran una aportación
significativa al progreso del análisis económico universal. Como indicó con agudeza
Schumpeter (1954) para los casos de Campomanes y Jovellanos, generalizables
para otros, fueron economistas prácticos y reformadores sociales que dominaron
con solvencia la economía aplicada y comprendieron los procesos económicos reales incluso mejor que algunos teóricos (como los fisiócratas). No es necesario ser un
gran economista teórico para convertirse en un buen economista, subrayará con cierta ironía Schumpeter añadiendo que la afirmación contraria por desgracia tampoco
se cumple. La contribución de las economistas ilustrados puede apreciarse mejor
desde los problemas específicos que abordaron y la eficacia de sus propuestas de
resolución y desde una perspectiva comparada que considere si estaban al tanto de
los conocimientos económicos que iba generando la ciencia económica.

2-El número de escritores económicos aumentó considerablemente a los largo de la
centuria, en especial a partir de 1760, y con ellos la literatura económica creció de
forma desconocida en forma de libros, memorias, fascículos y surgió a partir de mitad de siglo el nuevo fenómeno de las revistas total o parcialmente económicas. Esta
evolución cuantitativa fue acompañada por una mejora progresiva en la calidad de
las aportaciones respecto a los problemas planteados, especialmente respecto el
problema principal del desarrollo económico español, incluyendo el extenso imperio
colonial americano, y de los obstáculos que los frenaban.

3-En la España del siglo XVIII se desarrolló un doble fenómeno: la evolución temporal
del pensamiento económico en tres fases que denominaremos de la época de Uztáriz
(1724-1760), de Campomanes (1760-1780) y de Jovellanos (1780-1812), y el notable
florecimiento regional o territorial de los estudios económicos en la segunda mitad del
siglo y en buena parte favorecidos por las instituciones como las Sociedades Econó-
micas de Amigos del País y algunas Juntas de Comercio.

4-Dos fenómenos relativamente nuevos se introducen en la economía política española del XVIII. En primer lugar, la entrada en el proceso de circulación internacional de
las ideas económicas por medio de una importación creciente del pensamiento económico del resto de Europa y una recepción activa de la ciencia económica universal
y con algunos casos específicos de exportación a través de traducciones. Y en segundo lugar, la formación progresiva de un programa ilustrado de reformas económicas, un programa pragmático de liberalización económica e intervencionismo ilustrado que constituyó un caso notable de aplicación de las ideas económicas y una de las
experiencias europeas de política económica más relevantes del siglo XVIII.

A partir de esos cuatro puntos, se puede obtener una interpretación y unas conclusiones
sobre la evolución sin rupturas del pensamiento económico español y la relación de tal evolución con la del pensamiento europeo acerca del progreso relativo de los conocimientos alcanzados especialmente en la última década del siglo en la que la economía logró que la distancia
con el resto de Europa fuera mínima, y respecto a la formulación y aplicación durante el reinado
de Carlos III del programa económico ilustrado de reformas que puede considerarse como la
primera experiencia moderna de política económica experimentada en España y el principal
legado de los economistas ilustrados españoles a las generaciones futuras.

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